Arquitectura prehistórica se entiende como un medio de
expresión y construcción primitivo que empezó a generar pensamientos de
creencias sobre las culturas primitivas. Se denomina a los primeros hitos
conservados de la incipiente arquitectura.
Restos de construcción megalítica adintelada en Stonehenge. Las
construcciones megalíticas, del griego megas, grande y lithos piedra; constan
de enormes losas pétreas sin tallar, o escasamente devastadas, verticales y
horizontales, adinteladas, apoyadas, nunca unidas con mortero, o con algún tipo
de aparejo,las construcciones ciclópeas. Así llamadas por haberlas atribuido
los antiguos griegos a unos gigantes fabulosos llamados cíclopes; se
constituyeron con aparejo sencillo de piedras, en parte escuadradas, o sin escuadrar,
aunque desbastadas, y de menor volumen que las megalíticas, utilizando algunas
veces mortero arcilloso para conformar muros y paramentos.
Las primeras surgieron en el neolítico, continuado en las
primeras épocas de la edad del cobre. Las segundas pertenecen a las edades del
cobre, bronce o del hierro.
Pertenecientes a la primitiva arquitectura popular se conocen
diversas construcciones que sirvieron de casa, o morada temporal, a nuestros
antepasados desde los tiempos más remotos. Tales son: la cabaña o choza, formada
por entramados de ramaje, la gruta o caverna, artificial o natural pero
acomodada por la mano del hombre a sus propios usos,los palafitos o
habitaciones lacustres de madera levantados sobre pilotes clavados en el fondo
de un lago o zona pantanosa, los crannógs, propios de Irlanda, habitáculos
lacustres a modo de islotes, sin dejar pasar el agua por debajo de ellas, los
terramaras, descubiertos en Italia, chozas de madera y arcilla en sitios
pantanosos. Con dichas construcciones se relacionan los paraderos o
kiokenmodingos (voz danesa que significa restos de hogar) que son montículos
conformados por depósitos de conchas, restos de ceniza, carbón, huesos, piedras
y fragmentos de cerámica tosca, muy abundantes en Dinamarca, también hallados
en otras regiones.
Los palafitos más notables, por su extensión y número, se han
encontrado en los lagos de Suiza. cubriendo en el de Ginebra una superficie de
150.000 metros cuadrados. En España, se han hallado restos de tales viviendas
en las inmediaciones de Betanzos y en otras localidades de Galicia.
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